sábado, 20 de septiembre de 2008

Deseos indecentes

¡Cuán obsceno sobrepasa el tedio
la realidad sincera!
La realidad pensada y placentera.

¿Y qué es la realidad sino engaño
de no ser lo que se quiera?

No saber que yo te quiero, paloma,
ni querer cuanto te quiera.

Que el empeño del deseo cierto
con el límite se desespera.

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