miércoles, 16 de diciembre de 2009

Un dia en Roma (poema imperial)

Al ronroneo de Roma se asomó vieja hechicera,
con el palio alrededor de su cabeza de mierda.

Le atizó al procurador con un tizón bien tiznado,
y éste le replicó que se largaba al senado.

Los dioses nos son propicios - espetó la puta vieja.
Dadme entonces los sestercios - que se me irrita la oreja.

Por la via Apia amanecen unos trece mequetrefes
que perecen al solaz de las cruces de sus jefes.

Con su canasto la vieja no da abasto en el mercado.
Opiáceos envenenados son del gusto de los fastos.

Y el sol cae quirinalesco sobre la espalda del año.
Los perfiles arabescos se acicalan en los baños.

1 comentario:

Anónimo dijo...

wowow gracias por pasarte por mi blog, debo ver tus blogs un poco mas ^^ para enterarme, muchas gracias, saludos