Cualquier cosa es poesía

Hoy en día,
cualquier cosa
es poesía.

Del alma qué carestía,
que enfría el nervio y lo envía
directo al agua sombría.

¿Qué te decía?

Por peteneras

Dentro del ojo
qué antojo
me salió por peteneras.

Antes que el negro amanezca
con sus roturas de pilas
que berrea que no veas,
cazatrenas.

Con la venia, señoría

Con la venia, señoría.
Alcanzo a la Don Podría
escondía en las aceras
que apenas reflejan penas.

Escarceos, berenjenas,
que poca sangre en las venas.

Remoja la conciencia

Remoja la conciencia
en reanudados restos
de un olor insalubre.

Rancia es la estancia
y cobre el azahar.

Niña de la tez clara

Bordearías la reja
y saldrías a buscarme
ay niña de la tez clara,
a buscarme,

Te mordería la oreja
y correría a buscarte,
a buscarte por la jara,
a encontrarte.

Y tras la tarde de agosto
tendidos al lado del matorral,
nuestros sudores espuma
de la mar.

El dardo petardo

Saca del zurrón el vino peleón
que a virtud del dardo petardo
petando los colores del recuadro
se hace el mal equipo campeón.

Buenas nuevas

¿Cuándo hubo buena nueva?
Eleven levas, amebas ministeriales,
que un día
la sangría
se tornará en rebeldía.

¿Cuándo hubo nueva alguna?
Repetiremos la rumba, rumba a raudales,
ya por siempre,
que caliente
dejamos el lecho de muerte.

Mercado de Abastos

Listos vengan mixtos.
Pobres, no les cobres.
Tigres tiriten tristes.
Leguen rubio alpiste
al puesto del pistachero.
En el mercado de abastos
no hay gasto sin escarceo.

Escalando los acordes
encontramos al león.
Con la barba malherida
de melancólico ron.
Poblados de miríadas
sus ojos, se adustan solos.
Maloliente humor cardado,
mierda pegada al cartón.

Con la alegría de un día
que repite cada vez
con la tez en paz ungida.

Buenos días, Jeremías.

Canción a Moldavia

Moldavia huele a sobaco,
a campesino tañendo la guitarra flaca.

A flauta del intestino,
madre y doncella sudorosas,
huesos para el perro.

A música del cielo.
Calor profundo, cuentos de terceros.
A tabaco.

De un amor despreocupado,
nace el germen del buen vino.
Moldavo, seas bienvenido.

Tras la forma

Ahí andamos,
tras la forma.

Resguardados, nos estima.
En su halo nos cobija,

Y no aguzamos por ver
qué hay más allá,
tras la lluvia.

Cartón de miseria

Cartón de miseria y ciega
asunción de la torpeza.
Sidra del suelo recogida
a lametones, con fuerza.
¿Qué impones con tu ruido
de legión a discutir?
Nada hay aquí que yo sepa,
que yo te pueda decir.

Coito literario

Se calentó la jeta.
Mejillas eran claras,
ahora prietas,
terminadas en color de polla
enhiesta.

Resuello postcoital
de literatura cargada
por la exploración estomacal,
por el designio inédito,
la respiración contenida.

Lamentos de Castilla

Alforjas llenas de pena
suena la tempestad, suena.
Resuena en la teja plena
de lamentos escuchados
la gota terca.
Marca ha dejado,
poco a poco,
inevitable.

Máquinas de amar

Máquinas de amar,
vampiros del hombre manso,
que lo sacan de lugar.

Máquinas de amor inmenso,
necesario,
pan de la dehesa triste.
Barrizal del pozo seco.

De fuego de estómago ardiente.
De flujo continuo y siempre
encendido.

Carga en los hombros del hombre.
Castigo.

Niño nuevo

Abrazo a la inocencia creadora.
Estrépito de asombro. Dulces brazos.
Vuele la risa, espesa hiedra,
los diques de piedra amurallados.

Un ser niño torrencial,
de sandez impositiva despojado.

Responsable de tan sólo este momento.
Niño nuevo, al fin y al cabo.

Niño,
sin ser estancado,
sin hedor a colonia,
despeinado.

De mente inquieta y cuerpo anonadado.

Ser niño, nuevo niño.
Niño nuevo, al fin y al cabo.

Yo tonto

Supo la vanis adocenarme.
Supo el encanto desencantarme.
Supo el amor desenamorarme.
Y supe, yo tonto, estupidizarme.

PD. Este blog permanecerá en reposo durante mis vacaciones. Saludos, os espero a la vuelta.

Negruras en las alturas

Conjura de un mundo en duda
supura atención oscura.
Negruras en las alturas.
que me caigo, dios, ayuda!

Sequía sexual

Qué sequía sexual
exultante de exacerbo
mi cuerpo se excita tal
que un yunque senza cerebro.
Pero no será tal cual
sino que al contrario, enhebro
testamentos de postal.

Jodienda sin enmienda

Jodienda de buena prenda
sin enmienda ni candor.
Entiéndaselo quien pueda
que aquí no resta estertor.

Entierro de un ser querido

Catacumba que retumba
en la tumba de papá.
La rumba sigue su marcha
y la jarcha olvidarás.

Restos de uva umbilical

Restos de uva umbilical
encubierta la armadura
fruta madura rotura
en dos partes contrapuestas
enfermas de trasnochar
febrilmente y diferente
valiente y cobarde, dos.

Donde se sitúa el filo
parte pasa y un se queda
filomena se extenúa
y la boya continúa.

Manteniendo la cordura
no se mantiene uno vivo
llevar demasiado abrigo
desnudo no se está mal
pero las dos son valientes
cuadraturas de la esfera.

(Bar "Bon Voyage", Zaragoza, Septiembre 2006)

Jamón en la cumbre animal

Hormigas comen migas.
Antílopes miopes.
Murcielagos vagos.

A Maria Daniela y su Sonido Lasser

Adelante con el mantel,
grande trance pasé ayer.

Belleza, niña sumisa
y artemisa del castigo,
frigodedo y piruleta
con el micrófono amigo.

Encanto y sudor defino.
Te digo, chico, que flipo.

Alfarero estrafalario

Alfarero estrafalario
pantuflas de polipiel
dintel trufa ante notario
corolario de alquiler.

Ujier fresco capacidad
escasa de curro burro.
Cazurro exquisito y dulce,
frunce nunca pero escupe.

(Julio 2006, Zaragoza, España)

Don Miedo

Bastante mordiente
escribiente, te falta.
Don Miedo atenaza
la soga y la tecla
y la raza se encaja
y estalla la testa.
Don Miedo atenaza
y escupes de fresa.

Bloqueo del periamor

Bloqueo del periamor.
Léanse líneas esquivas.

Editar liberación
de la lengua establecida.
Para el somnoliento púber
metástasis correctiva.
El sudor nace de nuevo
y vuelve a correr la tinta.

Literatura empapada
de sangre vetusta y fría.
Pero viva. Pero viva.

Calor

Sáltame encima
pura escarlatina
chocolatina de calor.
Mezcla con tu brisa
la mejor palabra
y atracones de calor.

(Vuelo Estocolmo - Barcelona, Junio 2006)

Carta abierta a Don Presidente de club de fútbol

Dueño de tanto tontaco,
atento al tanto de Tano.
Tanteando tanto tuno,
tienes tintes tenebrosos
tensando el tendón tontuno.

Tánatos tañe contento
la tenia de tu infortunio.

Mitología de un día

Mitología de un día
que atrás queda en la memoria.

Risas, cuore, polvareda
que no paga la moneda,
y una capa de recuerdos
bellos, lerdos,
nunca cuerdos.

Las nalgas de Pilar

Basta ya alentando ratas
que están de espaldas al mar.

Concretando varias faldas,
diviso peludo tanga
y las nalgas de Pilar.

El Carnero Mayor

Escalar la fruta fresca,
menta, ortiga y escozor.
Lamentar la afrenta
lentamente y con dolor.
A la vuelta reencarnarte
en el carnero mayor.

Bim Balambín Balabim

Bim Balabín Balabim.
Me cuesta un maravedí.
Aprendí a descubrir
el aspecto baladí,
y una bemba colorá.

Estilo ancestral

Creándose mucha bulla
por el estilo ancestral
que aunque sigue siendo igual
recalcitra más que nunca
estalló Presa de Asuán
y barrió las marabuntas.

La brecha roja

¡Lobo! Atiende, pendejo.
Manejo iracundo pellejo.

Yo desenfundo, palurdo,
y acta levanta mi aguja.
Rejón que raja tu faja
y perplejo, lloras troncos,
quera y sangre estupefacta.

La brecha entre especies
roja se retracta.

Ulises en Itaca

Dijo Ítaca que naca,
masca que te masca Ulises,
tira pa casa bandarra
a rascarte la carcasa,
que Penélope te espera,
don Pateras.

Desayuno en Estocolmo

Desayuno en Estocolmo
profetas de podredumbre
dame lumbre y alcanfor
taxímetro y esperanza

(Estocolmo, Suecia, Junio 2006)

Asegúrense, retardos

Asegúrense, retardos,
auscultando el sueño fiel,
no quede nada de él
y al disfrute el perro fardo.

Cariño de puta tuve
Anteojos de concordancia
Rancia la falacia falsa
denigrante ante las nubes.

Aliteración exigua
de asfaltarte Portland uso.
A modo de plica ruso
el maestro afilador
que por euro y medio ama
así el hombre lo atestigua.


(Bjorskatan, Lulea, Suecia, Junio 2006)

Jumento de sal infantil

Consentimiento de qué
cemento de algas marinas
baños de farola molan
tiburón valga jumento
de vocación cantarina
que bien lo pasa mi prima.

Barra de descarga

Barra de descarga, barra.
Alarga la pata, maja;
la brava madama manda
recabar retama rancia
y escarbar en la resaca.
Que no estire de la manta
que fracasamos de fijo.

Contaminación

Arriba el gris alarido
entumecido por moscas
a rosca bebí vino frío
y tosca bebiste en el agua
emputecía, amor mío.

Filiación reivindicativa

A la filiación de objeto
reivindicativo y serio
de medio pelo y lascivo
te privan de los motivos
asequibles en postventa.

Dardos

Dándole al dardo malevo
donde a darle no me atrevo,
elevo el score conjunto
en el puto centro justo.
Y sin quererlo queriendo,
me pasé unos cuantos puntos.

Transferasa

Transferasa donadora
defínete generosa.
Aflore el tesoro al aire
de tu ansia benefactora,
o te metilo un fosfato,
catalizadora hermosa.

Rapto de sabina ronco

La virtud es un defecto,
rapto de sabina ronco.
De facto defeco un tronco,
y que escupa el interfecto.

Curva polaca

Publicación de curva y ombligo.
Curva polaca de ataque amigo
e irrigo la descarada cara
de marras, derrama el plano
y en jarras amarra el palmo.

Corazón de alcohol

Corazón de alcohol hirviente
alcachofa y ababol
con razón col de bruselas
se las das a otro, cabrón.

Efluvios de juventud

Efluvios de juventud
azud en un tramo fresco
alud en tiempo de invierno
salmonelas y quietud.

Villalpando (Desternillamiento II)

Cadena tiesa de mando
Villalpando que es gerundio
latifundio episcopal
retal de té con manrubio.

Desternillamiento

Pulcritud, deshuesamiento,
antes del lecho ambiental
al hilo del parietal
cabe desternillamiento.

Pasado

Aun cuando dices "pasado"
tambalea cuenta atrás.
Marcas, lastres, cicatrices,
actrices de color tibio
pululan por el diván.

Muera la decencia

Venga hombre, a qué cuentas
tus quehaceres rimbombantes.
Enseres de fornicantes
insalubres y eficientes
amantes.
Muera la decencia expuesta
como herencia trasnochá.

Postura de castración

Postura de castración.
Manufactura corriente.
Dura razón exigente.
Plafón de nuestra armadura.
de auténtico corazón.

Queso de burgos de ayer

Queso de burgos de ayer,
apocalipsis de un día.
Retención y alumbramiento
a la vez que desazón,
difícil elipsis, san dios.

Previsión

Al concurso de metales
pesados y retal precioso
pomposo y recalcitrante,
innegable su factura
de ternura y vida en curso.

Borgería

Borgería incomprensible,
a la vez que desatar
los claustros descompusimos
un antro
entre tanto menear.

Vírgenes de plata

Vírgenes de plata,
policromadas ausencias
de decencia timorata.
Broma, esencia consumada,
enramada de alhelí,
vete a joder por ahí.

Irredenta polla mía

Encontronazo superficial,
me desgajo en contrapuestos
incestos, menta y zotal,
alegría y gallardía.
irredenta polla mía.

Duchas de placer errante

Cuando el amor acechante
escribe por su lengua,
barbos, truchas,
esperan anhelantes
duchas de placer errante
frente a la razón reinante.

Gloria, adiós, en las alturas

Gloria, adiós, en las alturas
tus harturas harapientas
tendrán su razón de ser
condenadas parturientas
de batallas por perder.

Bestiario

Venga a nosotros el mundo,
iracundo y circunspecto,
repleto de insectos peludos,
montes y demás aspectos
del bestiario más fecundo.

Gente rusiente.

Vulgarismo intransigente,
vigilancia disidente,
bordeante y dependiente,
ardiente gente rusiente.

Bumblebee

Bumblebee,
escozores,
qué calores,
dios mío bendito apaga el prurito de tus amores.

Escalfa el huevo de nuevo. Falafel de alfalfa y lefa.

Escalfa el huevo de nuevo.
Apruebo el lomo de estafa
gruesa en la carnicería.
Armatoste de arbequinas,
Fina harina, picatostes,
Bosques de acidez salina
rancia huelga la cerviz.
Falafel de alfalfa y lefa.
Amigos, qué codorniz.

Mi primer Dada

Este escrito data de Noviembre de 1996.
Se trataba de que yo hablara para que mi hermano pudiera entrenar su mecanografía. El texto fue esputado entonces en puto directo.

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CAPÍTULO UNO

Encontré mi huevo en un ático profundo. Mis pantalones bajaban su cuello haciendo que su garganta se contrajera más y más a cada momento. Cada vez más profundo, como el agujero del tubo de escape de mi Toyota, que necesitaba una reparación pues el otro día me hizo patinar en la carretera hacia Acumuer. Carretera que contenía , a su pesar, una lata de Nestea en la primera rama del árbol que encontramos al pasar el túnel que confluía sobre su sexo, que también era profundo, así como el orificio nasal de su mujer, que regalaba gatitos en una plaza escondida de Valdefierro; aunque también se pasaba por Santa Isabel para ofrecer arreglos de fontanería. Vestía un traje largo cuando la conocí por primera vez en la fiesta del marqués, de cuyo nombre no puedo acordarme, ya que mi diccionario anda mal de pilas. Me hace sentirme realizado el hecho de que siempre en el balcón, está tu amante, tuerto, como suelen ser todos tus amantes. Literalmente, no se te ocurre buscar otro compañero que no posea tal propiedad ocular. Puesto que a mí me molesta tu promiscuidad, no deberías meter gusanos en nuestro lecho. Ya te sorberán el cerebro suficientemente en el de muerte, que construiré bajo el mío como buen judío con el sudor de mi culo. Aunque la muchedumbre piensa que mis discursos no son suficientemente filosóficos para compararse con la masa de mis sucesores, y no me refiero a la ósea, aunque en cantidad me han superado, mi propia calidad es superior a la de los susodichos discípulos. Quizás no me haya prodigado tanto en mis escritos pero seguro mi discípulo favorito, mi compañero de la mancebía Don Amador Sexos, hombre respetado en cualquier confín, me habrá guardado un sitio en su cátedra, en el sector derecho de la madera que tiene la misión de funcionar de posamanos, que sujeta mi pompis con gran dulzura, me ofrece una perspectiva perfecta de la ya tradicional conversión al catolicismo de los paquidermos mudéjares que con tanto valor habían defendido su posición crepuscular bajo el manto de la decimoséptima convención, ahora sí, sodomizadora, como apunta mi compañero de las teclas, y cerrado el paréntesis, convención de Sabios Mozárabes, habitantes de la España profunda, como elementos de transición interna, léase el señor Actinio, reconocido jugador de parchís, siempre que encuentra al vicioso Praseodimio González arañando la muesca que la carcoma dejó debajo de la mesa de su despacho color fosforito elegido por Amanda, su mujer, una espídica habitante del mundo en que su marido y su amante, Lutecio, no han intervenido nunca en su íntegra penetración, ya que llegaron a un oscuro pantano y sonó el teléfono.

CAPÍTULO DOS

Tras este jugoso y feliz paréntesis en el que nuestras posiciones de memoria descansaron, sobre verdes hamacas color papoburra que a mi compañero le parecían dulces a pesar de no haberlas probado, ya que su lengua sólo ha sido exteriorizada para comprobar el nivel de pluviosidad. Capilar, ya que en aquel momento se encontraba expuesta sobre la alopécica cefalia de Don Pontífice. Pontífice que encontrábase en la plaza de San Pablo exhortando a sus masas acólitas sobre la ingesta de pizza en la hora del amanecer etílico llegando a extremos inconcebibles de la operación humana. Menos mal que este antiguo texto sólo había sido mordido por cientos de termitas asesinas, ya que si su número hubiera ascendido a miles su vómito hubiera hecho ilegible los caracteres del mismo, lo cual la han convertido en una traducción fácil y accesible para mis discípulos, por los cuales me desvivo en impía misión apostólico-evangélica. Ellos no las merecen puesto que han cometido la osadía de superar mi nivel de pajemake en el cual yo hube sido el rey durante más de dos días, cifra respetable a este lado del Atlántico Norte. Vivía en un extraño pueblo del norte a las orillas de un execrable lago de condiciones, a y b, súbita e innecesaria, respectivamente. En mi casa del pueblo encontré un ratón, un ratón chiquitín, que uaba con su madre, lo cual no me pareció muy correcto a expensas de lo comentado por el gran poeta Virgilio, también aficionado a la práctica del úo, pues su intelecto no permitía el estudio del mismo, pero su gran experiencia lo delataba como gran conocedor de este tipo de vida sexual ¹. A veces creo encontrarme hombres desnudos, también puede decirse sin ropa², con mujeres desnudas , como proponía el gran autor clásico Siniestrus Totalis, al que debo mi experiencia profesional como proveedor de suelas para calzado equino a las granjas heladas de Frío. Gran lugar aquél en el que mulatas amarillas-parduzcas exhibían su cintura llegando a copar el horizonte. Volviendo al tema, Siniestrus Totalis, se perfila como el gran autor de nuestro tiempo, amante de la Ilíada y de la Josefina, mujer cuyos encantos provenían de una ínclita raza³caupolicana protopícara y censal de Ponferrada, aunque llegó a ser, gracias a muchos esfuerzos, una chica muy mona, que vivía en Barcelona; tal como apunta nuestro compañero arriba nombrado. Comentar también que nuestro amigo se ve ayudado con fea⁴frecuencia, por su prostitutivo tío Don Sendos Sexos, primo del nombrado Señor Sexos⁵, con quien buenas mariscadas he disfrutado, mientras su mujer me chupaba la cigala. Aquella sensación fue muy dolorosa ya que dijo que no le gustaba la cabeza y, asiéndola de las antenas, la extrajo llegando hasta su estómago que sufría de furor ulceroso. Por lo demás, aquella cena fue muy beneficiosa para mi acritud, enfermedad que vengo sufriendo desde mi lactancia, puesto que me confundieron con Durruti en el momento de inscribirme como universitario agregado en el segundo festival de coros y danzas en la incólume ciudad (de)⁶ Derrastrillos⁷, provincia de Tijuana Blú a la orilla de una avenida reconfortante y traficosa como a veces podría ser la de Rozas, en honor de Don Diego de Rozas, ilustre y constante barbitúrico de todos aquellos que se lo propusieran o propusiesen, ya que tanto monta , monta tanto, como todo el mundo sabe. Y nos referimos al mundo entendiéndolo como ente superficial, confiriéndolo de detalles que pudieren escapársele a un somnoliento de mi incumbencia, mi arraigado y cejijunto teclista forjado en la mojada lluvia de Barracaldo.

Tomo primordialmente como principal el estado monacal de la margarita virgen. Desde él puedo explorar los recónditos pensamientos triviofrugales e ínclitos de un extraño parecer. Incluso, me permito trascender , de entre las piedras para mi fugacidad exteroceptora. Tras las montañas de negra umbriaguez destaca por su sitio la matinilidad inoperante de un cochino jabalín, que sumido en su profunda integridad perdona el aliento a aquél extraño insecto, que, feliz, le recompensa con sexo.

Un comienzo tal no se daba desde los albores de la antigüedad clásica, cuando los sabios vomitaban arena por las corrientes fluviales que producían sus primogénitos mal atendidos por sus mujeres, que, zorras ellas, refocilábanse entre el lodo cual puerco en jarrones de lana. Arte, asimismo, poco conocido por los sabios, que por su ignorancia guardábanse de comentarios a sus consortes pugnando por la mayor filosofía de los contendientes, que, por otra parte, eran parte de sí.

¿Quién puede conocer al detalle los entresijos intelectuales dórico-jónicos? Evidentemente, acabamos de presenciar un vocablo doblemente acentuado, que ha sido subrayado por mi amigo el ordeñata. Gran potencia la de este amigo aunque no distinga a los Esmasin Punquis de la señora Martirio, la cual, con todos mis respectos, goza de exagerado volumen supracefálico. Un volumen extremado dada la nula capacidad del gusano de terruño gallego para soportar el peso de los años, aparte de una excesiva tendencia a la morriña, aquél vocablo surgido del cerebro objeto de macrocirugía nasal para comprobar la rugosidad del susodicho mentalizado venial.

1Muy practicada a esta orilla del Mississippi en el tiempo en el que este texto fue vomitado por el intestino ventral de una extraña ave pixerofágila.

2Me limito a la traducción literal del texto.

3Se prescinde del vocablo “ubérrima” por no considerarlo apto para el nivel del curso, ya que aún no ha estudiado el Modernismo latino.

4No es mi vocablo preferido, pero la traducción literal exige este tipo de hacendosas responsabilidades por parte del autor-traductor y auditivas por parte del teclista/ organista.

5Véase primer capítulo, número 1, que curiosamente fue el primero en proferirse ( como puede usted suponer, literalmente).

6Ahora sí.

7No cabe aquí la forma de Rastrillos, que mi ignorante compañero admitiría como, en todo caso, indiscretamente correcta.

Dada's not Dada (DND)

Dada is not Dada.
Dada no es Dada.

Viva Dada.